Dos tristes acontecimientos nos han sacudido las entrañas esta semana. Un acuerdo internacional para devolver a la guerra a personas y familias que llevan meses huyendo de ella; y un ataque terrorista que ha arrebatado de cuajo la vida de muchas personas.
Más que tristes son crueles, ya que ambos han sido intencionados, decididos y perpetrados por personas para hacer daño a otras personas. No son los únicos actos crueles, se suceden a diario en muchos lugares del mundo y se manifiestan de formas muy diferentes. La crueldad no siempre se explicita con actos: la omisión y el consentimiento son igualmente crueles, injustos y ,a mi modo de ver, igualmente incomprensibles si tenemos en cuenta dos cuestiones:
Primera: No elegimos donde nacemos, Sigue leyendo